VIDE: Grande Montanha; Montanha Polar; Montanha de Jade; Monte Atos; Monte Saint-Michel; Monte Sinai; Ascensão; Eixo do Mundo; Sarça Ardente; Shaddai; Albordj; Olimpo
Segundo o estudo do pensamento de René Guénon, de Vicenza, «Dictionnaire de René Guénon»:
Isto explica facilmente porque, de todos os símbolos "axiais" ou "polares", com a Árvore, a Montanha é certamente o mais representativo, o mais característico. A Montanha, cujo Triângulo dá simbolicamente a imagem, é considerada como o deus da Verdade (Satya-Loka), seu topo sendo o ponto de contato entre a Terra e o Céu, o lugar da passagem entre os estados humanos e supra-humanos, o acesso aos estados superiores do ser.
- Símbolos da ciência sagrada
- VIII, "A ideia de centro nas tradições antigas"
- XI, "Os guardiões da terra santa"
- XII, "A terra do sol"
- XXV, "As pedras de raio"
- XXX, "O coração e a caverna"
- XXXI, "A montanha e a caverna"
- XLVIII, "Pedra negra e pedra cúbica"
- LI, "Árvore do mundo"
- Autoridade espiritual e poder temporal
- Simbolismo da cruz
- IX, "A árvore do meio"
- O rei do mundo
- IX, "O onfalos e os bétilos"
Ananda Coomaraswamy – Sopros e canais
Guha, «caverna», con respecto a la «montana (girih √ gr., tragar) de Brahma», nuestra alma elemental, compuesta de ojo, oído, mente, habla y olfato, en la cual Brahma está «tragado» (Aitareya Aranyaka II.1.4). Esta concepción es la misma que la del «entumbamiento» del alma en el cuerpo (Fedro 250C; Enéadas IV.8.3; Filón, De Opificio mundi 108, etc.), o macrocósmicamente en el «corazón» de la montana del mundo; en ambos sentidos la «caverna» es la misma que la de Platón (República, cap. 7). Además, la imagen de la «caverna», en la que la deidad está «sedente» o «depositada» (nisidam, nihitam) y que habita (pravisya) como su mansión (brahma-sala), subyace en el simbolismo del tesoro enterrado (nidhi) y de los «depósitos» (dhatu) minerales, y también de la excavación y de la minería (Maitri Upanishad VI.28). Cf. René Guénon, «La Montana y la Caverna», Études Traditionelles XLIII (1938). Nuevamente, debido a la correspondencia del «centro» con la «sumidad», hay una interpretación análoga de la escalada de la montana; los poderes radiantes del alma son otras tantas vías que convergen hacia la cima de la montana (ad eminentiam mentis, en las palabras de San Buenaventura, que asimila igualmente mons a mens), por las cuales vías el Comprehensor puede alcanzar su fuente (Jaiminiya Upanishad Brahmana I.30.1) —escalando la «pendiente» (ucchrayam, √ ud-sri, Jaiminiya Upanishad Brahmana I.5.7; cf. ucchrayi, un plano inclinado, el lado de un triángulo o de una pirámide) que corresponde al anodos platónico y hermético. De todas las vías que conducen a la sumidad de la montana, las de la vida activa están en sus pendientes exteriores y la de la vida contemplativa es un ascenso interior y vertical, mientras que el punto en el que todas se encuentran es un único y mismo punto.
Henry Corbin: Corpo Espiritual e Terra Celeste
Sigue siendo el Yasht XIX, el canto litúrgico dedicado especialmente a Zamyat, el Ángel de la Tierra -Dea terrestris-, el que nos muestra la Imago Terrae mazdeísta a plena luz. El himno tiene la peculiaridad, mediante una evocación que enumera todas las montañas, de preludiar la celebración del Xvarnah y de sus moradores insignes, entre los que se encuentran precisamente algunas de estas montañas. Éstas tienen un papel esencial en la composición del paisaje visionario que anuncia la Transfiguración de la Tierra. Son el lugar por excelencia de las teofanías y de las angelofanías. El Ritual indica que en el vigésimo octavo día del mes (día de Zamyat) la liturgia se ofrece "a la Tierra que es un Ángel, a la montaña de las auroras, a todas las montañas, a la Luz-de-Gloria". Ya se esboza una conexión cuyos elementos se perfilarán mejor. [...] Nos encontramos ahora ante un grupo de altas cimas cuya localización positiva ha planteado a los investigadores dificultades que nunca se podrán resolver; sin embargo, la situación de estas altas cumbres nos habla acerca de la Tierra como acontecimiento vivido por el alma, es decir, nos instruye sobre el modo en que la Tierra ha sido meditada por el órgano de la imaginación activa. Su localización por medio de una topografía positiva sería en efecto muy difícil ya que esta meditación tiende a unos fines muy distintos a los de nuestra ciencia positiva. En Eran-Vej, in medio mundi, se encuentran todas las montañas en las que la Imaginación activa capta una hierofanía del Xvarnah, esas en las que la Imaginación proyecta la escena de los acontecimientos que siente o presiente, dándoles cuerpo porque ella misma es su sustancia y su cuerpo, la que a la vez los realiza y siente.
Mário Ferreira dos Santos: Montanha
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