René Guénon: LOCALIZAÇÃO DOS CENTROS ESPIRITUAIS
Lo que es también muy digno de ser notado aquí, es la relación que existe entre el simbolismo del Arca y el del arcoiris, relación que está sugerida, en el texto bíblico, por la aparición de este último después del diluvio, como signo de la alianza entre Dios y las criaturas terrestres1 . El Arca, durante el cataclismo, flota sobre el Océano de las aguas inferiores; el arcoiris, en el momento que marca el restablecimiento del orden y la renovación de todas las cosas, aparece «en la nube», es decir, en la región de las aguas superiores. Por consiguiente, se trata de una relación de analogía en el sentido más estricto de esta palabra, es decir, que las dos figuras son inversas y complementarias la una de la otra: la convexidad del Arca está vuelta hacia abajo, la del arcoiris hacia arriba, y su reunión forma una figura circular o cíclica completa, figura de la que son como las dos mitades2 . Esta figura estaba en efecto completa en el comienzo del ciclo: es la sección vertical de una esfera cuya sección horizontal es representada por el recinto circular del Paraíso terrestre3 ; y éste está dividido por una cruz que forman los cuatro ríos salidos de la «montaña polar»4 . La reconstitución debe operarse al final del mismo ciclo; pero entonces, en la figura de la Jerusalem celeste, el círculo está reemplazado por un cuadrado5 , y esto indica la realización de lo que los hermetistas designaban simbólicamente como la «cuadratura del círculo»: la esfera, que representa el desarrollo de las posibilidades por la expansión del punto primordial y central, se transforma en un cubo cuando este desarrollo está acabado y cuando se alcanza el equilibrio final para el ciclo considerado6 .
NOTAS: