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id da página: 9202 Rios do Paraiso

Rios do Paraiso



René Guénon: A TRAVESSIA DAS ÁGUAS

Cabe señalar todavía que hay aquí a la vez una semejanza y una diferencia con el simbolismo de los cuatro ríos del Paraíso terrestre: éstos fluyen horizontalmente por la superficie de la tierra, y no verticalmente, según la dirección "axial"; pero tienen su fuente al pie del "Árbol de Vida", el cual, naturalmente, es el mismo "Eje del Mundo" y también el árbol sefirótico de la Qabbalah. Puede decirse, pues, que los influjos celestes, descendiendo del "Árbol de Vida" y llegando así al centro del mundo terrestre, se difunden inmediatamente por éste en la dirección de los cuatro ríos; o bien, reemplazando el "Árbol de Vida" por el "río celeste", que este río, llegando a tierra, se divide y fluye según las cuatro direcciones del espacio. En tales condiciones, el acto de "remontar la corriente" podrá considerarse como efectuado en dos fases: la primera, en el plano horizontal, conduce al centro de este mundo; la segunda, partiendo de aquí, se realiza verticalmente según el eje, y ésta es la considerada en el caso precedente; agreguemos que las dos fases sucesivas tienen, desde el punto de vista iniciático, su correspondencia respectiva en los dominios de los "pequeños misterios" y los "grandes misterios".

A ÁRVORE DO MEIO

Según la tradición de los "Fieles de Amor", esta fuente es la "fuente de la juventud" ( fons juventutis ), representada siempre como situada al pie de un árbol; sus aguas son pues asimilables al "brebaje de la inmortalidad" ( el amrita de la tradición hindú ); las relaciones del "Árbol de la Vida" con el Soma vêdico y el Haoma mazdeísta son por lo demás evidentes 1 . — Recordaremos también, a este propósito, el "rocío de luz" que, según la Qabbalah hebraica, emana del "Árbol de la Vida", y por el que debe operarse la resurrección de los muertos 2 ; el rocío juega igualmente una función importante en el simbolismo hermético. En las tradiciones extremo orientales se hace mención del "árbol del rocío dulce", situado sobre el monte Kouenlum, que se toma frecuentemente como un equivalente del Meru y de las demás "montañas sagradas" ( la "montaña polar", que es, como el árbol, un símbolo del "Eje del Mundo", así como acabamos de recordarlo ). — Según la misma tradición de los "Fieles de Amor" 3 , esta fuente es también la "fuente de la enseñanza", lo que se refiere a la conservación de la tradición primordial en el centro espiritual del mundo; encontramos pues aquí, entre el "estado primordial" y la "tradición primordial", el lazo que hemos señalado en otra parte sobre el tema del simbolismo del "Santo Grial", considerado bajo el doble aspecto de la copa y del libro 4 . Recordaremos todavía la representación, en el simbolismo cristiano, del Cordero sobre el libro sellado con siete sellos, sobre la montaña desde donde descienden los cuatro ríos 5 ; veremos más adelante la relación que existe entre el símbolo del "Árbol de la Vida" y el del "Libro de la Vida". — Otro simbolismo que puede dar lugar a unas aproximaciones interesantes se encuentra en algunos pueblos de la América central, que, "en la intersección de dos diámetros rectangulares trazados en un círculo, colocan el carácter sagrado, peyotl o hicouri, que simboliza la "copa de la inmortalidad", y que tiene la reputación de encontrarse en el centro de una esfera hueca y en el centro del mundo" 6 . Cf. también, en correspondencia con los cuatro ríos, las cuatro copas sacrificiales de los Rhibus en el Vêda.


NOTAS:
1 ver EL REY DEL MUNDO, cap. IV y VI
3 ver Luigi Valli, Il Linguaggio segreto di Dante e dei "Fedeli d'Amore"
6 A. Rouhier, La Plante qui fait les yeux émerveillés. Le Peyotl, París, 1927, p. 154