ASPECTOS BHAKTA DA DOUTRINA DE ATMAN
Esta Persona en el Sol, que es de hecho la «Verdad de la Verdad» (satyasya satyam), se llama de otro modo Muerte (mrtyu, a veces yama): «Muerte es la Persona en el Orbe (mandale); la Luz que brilla (arcir dipyate) es lo que no muere (amrtam). Por consiguiente, Muerte no muere, puesto que Él está dentro (na mríyate hy antah); y tampoco se Le ve (na drsyate), puesto que lo que no muere está dentro» (Satapatha Brahmana X.5.2.3), a saber, la Luz del Sol Inconquistable, que realmente «ni sale ni se pone, sino que sólo se invierte a Sí mismo» (Aitareya Brahmana III.44). Es precisamente con esta Muerte, con esta Privación (mrtyu, asanaya) con lo que el Comprehensor está unificado, y así escapa para siempre de la muerte contingente (Brhadaranyaka Upanishad I.2.7), pues Muerte sigue los pasos del Viajero hasta que alcanza la Cima del Árbol y escapa a través del medio del Sol (Jaiminiya Upanishad Brahmana I.3).
Lo que es más allá, adentro, es una «Obscuridad Divina» que ciega todas las facultades humanas por su exceso de luz, y que «oculta de todo conocimiento» (Dionisio, Epist. ad Caium monachum; cf. el védico guha nihitam, etc.), la «Obscuridad donde Dios era» de Éxodo 20:21, «La Ciudad (que) no tenía ninguna necesidad del Sol, ni de la Luna, que brillaran en ella» (Apocalipsis 21:23 sig.); «Allí el Sol no brilla» (Katha Upanishad V.15, Mundaka Upanishad II.2.10, etc.), «ni el Sol, ni la Luna, ni el Fuego» (Bhagavad Gita XV.6). «Lo que el alma comprende en la luz, lo pierde en la obscuridad. Sin embargo, ella se inclina hacia la nube, considerando Su obscuridad (de Dios) mejor que su luz (del alma)» (Maestro Eckhart, ed. Evans I, 364).
Aquí, en el Empíreo (parama vyoman, brahma-loka, etc.), que corresponde al «tercer Cielo» de San Pablo, «ya no hay ninguna guía revestida de semejanza humana (puruso'manavah1 sa enam brahma gamayatesa devapatho brahmapathah), y aquellos que entran aquí ya no vuelven a esta andadura humana» (etena pratipadyamana imam manavam avartam navartante), Chandogya Upanishad IV.15.5-6, cf. V.10.2; paramam gatim, yam pmpya na nivartante, Bhagavad Gita VIII.21.
Las operaciones interior y exterior, respectivamente oculta y revelada (guhya, avis), infinita y finita (aditi, diti), inexplícita y explícita (anirukta, nirukta, etc.), están separadas por una cortina opaca2 («veladas por mi Maya», Bhagavad Gita), penetrable (nirvedhya) sólo a través del Sol. La Divinidad, si la consideramos objetivamente como lejana, está más allá, o si la consideramos como próxima está aquí dentro de nosotros (antarbhutasya khe, hrdayakase guha nihitam, etc.). Pero estas dos naturalezas, de Dios como Él es en Sí mismo, y como Él es en nosotros, son realmente una, y como se explica en Jaiminiya Upanishad Brahmana III.33 (y menos claramente en Aitareya Aranyaka II.1.5), sólo alcanza realmente a las Personas quien las conoce de ambos modos, como transcendente y como inmanente (adhidevatam, adhyatman), en identidad (ekadha); «ese conoce el Espíritu (o verdadero sí mismo), ese conoce el Brahman; la Puerta o la Faz (cf. anika) le acepta, él tiene todo y prevalece en todo, todo su deseo está cumplido» (sa atmanam veda, sa brahma veda... mukha adhatte3 , tasya sarvam aptam bhavati, sarvam jitam; na hasya kascana kamo'mpto bhavati; cf. Brhadaranyaka Upanishad IV.3.21). Y por donde o en donde estas Personas «devienen uno» (ekam bhavanti), a eso se llama una «andadura suprahumana» (brahmana avarta), evidentemente idéntica al devapatha o brahmapatha de Chandogya Upanishad IV.15.64 y al devayana de Kausitaki Upanishad I.35 . De la misma manera, en Atharva Veda Samhita XIII.4.20, «Todos los Devas devienen un único en Él» (ekavrto bhavanti), y similarmente en Aitareya Aranyaka II.3.8 (ekam bhavanti), y Aitareya Aranyaka V.12, donde «devenir un único» se iguala con «alcanzar lo más alto» (ekadha bhuyam bhutva paramatam gacchatah). Este «devenir uno» implica un «morir a uno mismo» (suum et proprium = aham ca mama, cf. Maitri Upanishad VI.17), y de hecho «estar unificado» adquiere el significado específico de «morir» (en Brhadaranyaka Upanishad IV.4.2, se dice del hombre moribundo eki bhavati), de la misma manera que efectuar la unificación de una criatura es «matar» (Aitareya Aranyaka III.2.3, donde se dice que el Ano «separa algunas cosas y unifica (aikya bhavayan) otras», es decir, trae al ser a unas y efectúa la muerte de otras)6 .
NOTAS