VIDE: ORIENTAÇÃO
PERENIALISTAS
Allar l'Olivier: L'ILLUMINATION DU COEUR
O objeto na mente por sua espécie inteligível é também chamado conceito objetivo; o verbo mental exprimido em modo de pensamento é o conceito mental. A palavra latina intentio designa seja a atividade da inteligência (intenção formal), seja o conceito ele mesmo (intenção objetiva).
René Guénon: ESOTERISMO DE DANTE
FILOSOFIA MODERNA
Michel Henry: FILOSOFIA DA CARNE
La misma situación nos encontramos en Husserl. La conciencia es siempre conciencia de algo. La intencionalidad que define su estructura fenomenológica nos dirige de golpe hacia las cosas que alcanza «en persona». Sin embargo, al considerarlas más detenidamente, estas primeras experiencias de la fenomenología se descomponen de manera extraña. La intencionalidad no produce la donación inmediata de la cosa: es más bien la significación que tiene la cosa de estar dada inmediatamente. Pero toda significación es una irrealidad, un objeto-del-pensamiento -una «irrealidad noemática»-. De ahí que el objeto de la percepción más inmediata para Husserl no es precisamente una realidad sino un «polo ideal», una regla de presentación para la serie de apariciones sensibles a través de las cuales se nos muestra y que le son referidas — justamente por la intencionalidad que las mienta como momentos o cualidades de este polo-objeto -. Tal es el caso del objeto «cubo» o del objeto «casa» a propósito de las series de apariciones concretas que sucesivamente experimento si «giro alrededor» de ellos.
¿Tiene, pues, la realidad su asiento en esas apariciones mismas, en esos «data de las sensaciones»? Tampoco, éstos se descomponen a su vez. Al examinar las apariciones sensibles de color de un objeto cualquiera, conviene por una parte distinguir la zona coloreada que se extiende sobre la superficie del objeto y, por otra, la pura impresión subjetiva de color de la que el color que se extiende ante la mirada no es más que la proyección intencional. En el lenguaje de Husserl: por una parte, el color noemático aprehendido sobre el objeto, visible sobre él (noematische Farbe); por otra, el color impresivo, vivenciado, invisible (Empfindungsfarbe). Ahora bien, la realidad del color radica únicamente allí donde es sentida en nosotros, en el color impresivo o sensual, en la Empfindungsfarbe. De forma más paradójica que en Kant, pero igualmente explícita, el contenido real del mundo sensible no depende de su estructura fenomenológica -representación según uno, intencionalidad según otro-, sino sólo de la impresión.