René Guénon: A MORADA DE BRAHMA
De lo que se trata verdaderamente, no es solo el "alma viva" ( jivatma ), es decir, la manifestación particular del "Sí mismo" en la vida ( jîva ), y por tanto en el individuo humano, considerado más especialmente bajo el aspecto vital que expresa una de las condiciones de existencia que definen propiamente su estado, y que por lo demás se aplica a todo el conjunto de sus modalidades. En efecto, metafísicamente, esta manifestación no debe considerarse separadamente de su principio, que es el "Sí mismo"; y, si éste aparece como jîva en el dominio de la existencia individual, y por consiguiente en modo ilusorio, él es atman en la realidad suprema. "Este atman, que reside en el corazón, es más pequeño que un grano de arroz, más pequeño que un grano de cebada, más pequeño que un grano de mostaza, más pequeño que un grano de mijo, más pequeño que el germen que está en un grano de mijo; este atman, que reside en el corazón, es también más grande que la tierra ( el dominio de la manifestación grosera ), más grande que la atmósfera ( el dominio de la manifestación sutil ), más grande que el cielo ( el dominio de la manifestación informal ), más grande que todos estos mundos juntos ( es decir, más allá de toda manifestación, puesto que es lo incondicionado )" 1
. De tal modo que, en efecto, puesto que la analogía debe aplicarse en sentido inverso como ya lo hemos señalado, del mismo modo que la imagen de un objeto en un espejo está invertida en relación al objeto, así lo que es lo primero o lo más grande en el orden principial es, al menos en apariencia, lo último o lo más pequeño en el orden de la manifestación 2
. Para tomar términos de comparación en el dominio matemático, a fin de hacer la cosa más comprehensible, es así como el punto geométrico es nulo cuantitativamente y no ocupa ningún espacio, aunque sea el principio por el cual es producido el espacio todo entero, que no es más que el desarrollo de sus propias virtualidades 3
; es así igualmente como la unidad aritmética es el más pequeño de los números si se la considera como situada en su multiplicidad, aunque es el más grande en principio, puesto que los contiene a todos virtualmente y produce toda su serie únicamente por la repetición indefinida de sí misma. El "Sí mismo" no está más que potencialmente en el individuo, mientras la "Unión" no está realizada 4
, y por eso es por lo que es comparable a un grano o a un germen; pero el individuo y la manifestación toda entera no son sino por él y no tienen realidad sino por participación en su esencia, y él rebasa inmensamente toda existencia, puesto que es el Principio único de todas las cosas.
[...]
Así pues, lo que reside en el centro vital, desde el punto de vista físico, es el Éter; desde el punto de vista psíquico, es el "alma viva", y, hasta aquí, no rebasamos el dominio de las posibilidades individuales; pero también, y sobre todo, desde el punto de vista metafísico, es el "Sí mismo" principial e incondicionado. Por consiguiente, es verdaderamente el "Espíritu Universal" ( atman ), que es, en realidad, Brahma mismo, el "Supremo Ordenador"; y así se encuentra plenamente justificada la designación de este centro como Brahma-pura. Ahora bien, Brahma, considerado de esta manera en el hombre ( y se le podría considerar semejantemente en relación a todo estado del ser ), es llamado Purusha, porque reposa o habita en la individualidad ( se trata, lo repetimos todavía una vez más, de la individualidad integral, y no solo de la individualidad restringida a su modalidad corporal ) como en una ciudad ( puri-shaya ), ya que pura, en el sentido propio y literal, significa "ciudad" 5
.
NOTAS: