VIDE: CRIAÇÃO, GENESIS, POIEIN
Filosofia
Pierre Riffard
Figura mítica da Causa fabricadora e ordenadora do mundo.
Em Platão, o Demiurgo é, parece, a Alma do Mundo, pensada de maneira imaginada.
"Como é belo este mundo e seu artífice bom, evidentemente, é para o modelo eterno (as Ideias) que olhou" (Timeu, 29a).
Para os Gnósticos: o gênio mau lutando contra Deus ou (Ialdabaoth) emanação divina separada de Deus pelos Eões. (Basilides, Valentino).
Para os Franco-maçons é o Grande Arquiteto do Universo, embora René Guénon argumente:
Francisco García Bazán: Excertos de "Gnosis"
Pues bien, si la anterior concepción equivocada del mundo ha adquirido una forma determinada, ello se debe a que el hombre en el fondo le rinde culto, se prosterna ante semejante mundo erróneo y le entrega toda su existencia. Razonablemente, a la cabeza de un tal universo habrá un ser que lo personifique y que lo dirija, como el foco que concentra la totalidad de las fuerzas del error que dan su organización a ese caos estable. Y bien, la más alta representación invisible de ese cosmos caído, no será otro que el Dios en el que creen los hombres de ese cosmos. Un Dios que no va más allá de las apetencias psíquicas y materiales de los hombres, de sus meros deseos, afanes de poder y cortedad de miras. Este Dios alzado en él pináculo del mundo no tiene, en realidad, devotos espirituales, sino súbditos psíquicos y carnales, que en vano tratarán de escapar de su dominio, puesto que de hecho no lo quieren abandonar. Este Dios es el "Príncipe de este mundo", universo de fraude espiritual, el que durante siglos ha usurpado el lugar del verdadero Dios y especialmente, como el Dios de Israel, el Yahvé bíblico. Dios que ha sido vaciado de su contenido espiritual y que ha sido llenado con aquello que desde el punto de vista psíquico y carnal es más importante: el poder y la hegemonía sobre los inferiores, ejercidos a través de superiores conocimientos, mayor solidez y superior exaltación. Todo el llamado mensaje religioso del pasado y, particularmente, el veterotestamentario, ha estado al servicio de semejante déspota del que profetas, enviados y, sobre todo, autoridades religiosas, han sido instrumentos dóciles. Por ello el demiurgo no sólo es el ápice de la vida psíquica, sino también la fuerza y el empuje de los sujetos psíquicos más representativos y opresores, sus adictos. Pero, en realidad, el Príncipe de este reino de la sustancia psíquica y corporal, según lo hemos visto, no es más que la consecuencia de la caída del lado malogrado e ilusorio de una sabiduría que está en el límite entre el mundo del Espíritu y su imagen, que no dio en el blanco y que, por ello, será constitutivamente, pese a su necia soberbia, ignorante e impotente respecto de los designios del Pleroma. Efectivamente, el mundo del devenir como la imagen del Pleroma se desliza firmemente bajo el desarrollo más perceptible y clamoroso de lo que la mayor parte de los hombres y sus jefes religiosos interpreta como "mundo". En realidad, sin saberlo (porque no se lo percibe espiritualmente y así ni se reflexiona sobre él ni se lo profesa) el orden psíquico, con su cabeza al frente, rige el físico, según las influencias del orden espiritual, y el aspecto positivo de la sabiduría, el que no fracasó, conduce a la creación según su normal destino trascendente en relación con los fines meramente anímicos y carnales1 .
NOTAS: